¿México es un Estado de las Carteles?

La idea de que México es gobernado por narcotraficantes disfrazados de políticos ha ganado tanta tracción que incluso consiguió un Oscar. Este año, la canción “El mal” de la película *Emilia Pérez*, ganó el premio a Mejor Canción Original. La película, protagonizada por Zoe Saldaña, presenta a la abogada de un ex capo de la droga cantando en un lujoso gala en la Ciudad de México, rodeada de políticos y líderes empresariales.

La letra ofrece una imagen inquietante: los secretarios de Estado son retratados como químicos especializados en la producción de fentanilo, los gobernadores deben sus cargos a votos de los cárteles y todo el aparato gubernamental es representado como una subsidiaria del crimen organizado. La película, en su representación estilizada, evoca una realidad que muchos perciben como un reflejo de la situación actual en México.

[Imagen: Se incluiría aquí la imagen de la película *Emilia Pérez*]

Pero, ¿es esta la realidad de México? ¿Es que la clase política mexicana simplemente es crimen organizado con trajes, donde el Estado no sirve como baluarte contra el poder criminal, sino como su vehículo?

La Realidad Compleja: Más Allá del Eslogan

Si bien la representación en *Emilia Pérez* es una exageración cinematográfica, la pregunta de si México es, en esencia, un “Estado de los Carteles” es un tema que ha generado un intenso debate y análisis durante décadas. La influencia del crimen organizado en México es innegable. Las organizaciones criminales han erosionado la capacidad del Estado para ejercer el control, la seguridad y la justicia en muchas regiones del país.

Evidencia de la Influencia del Crimen Organizado

Varios factores indican la fuerte influencia del crimen organizado en la política y la economía mexicana:

* Corrupción Sistémica: La corrupción ha sido una constante en México, y el crimen organizado ha explotado este vacío para infiltrarse en instituciones gubernamentales, policías y el poder judicial.
* Control Territorial: Los cárteles controlan vastas áreas del territorio mexicano, imponiendo su autoridad y desafiando el poder del Estado.
* Financiamiento Político: Se ha documentado el uso de recursos ilícitos para financiar campañas políticas y controlar a funcionarios electos.
* Debilitamiento de las Instituciones: La violencia y la intimidación han debilitado la capacidad del Estado para garantizar la seguridad pública y la justicia.

El Estado como Instrumento:

El argumento central de “Estado de los Carteles” no se basa en una simple descripción, sino en la pregunta de si el Estado mexicano es en realidad una herramienta utilizada por los cárteles para lograr sus objetivos. La respuesta no es un sí o un no simple, sino un espectro de posibilidades, donde la influencia del crimen organizado es innegable pero la estructura del Estado, a pesar de las debilidades, sigue existiendo.

Investigaciones y Datos:

Organizaciones como SOA Watch (Source: SOA Watch – Imagen de la fuente) han documentado la presencia del crimen organizado en diversas regiones del país, proporcionando evidencia concreta de su impacto. Además, investigaciones de organizaciones no gubernamentales y académicos han revelado la complejidad de la relación entre el crimen organizado y las instituciones políticas y económicas.

Conclusión:

La discusión sobre si México es un “Estado de los Carteles” es un catalizador para comprender los desafíos que enfrenta el país. Si bien el estereotipo presentado en *Emilia Pérez* es exagerado, la realidad es que la influencia del crimen organizado es un problema real y grave que requiere soluciones integrales y sostenidas. La lucha contra el crimen organizado debe estar acompañada de una reforma institucional profunda y un compromiso firme con la transparencia y la rendición de cuentas.

[Fin del artículo]

Fuente: https://www.mexicodecoded.com/p/is-mexico-a-narco-state