Mexican Coke: Un Delirio de Marketing, No un Producto Mexicano

La verdad sobre el refresco que ha cautivado a los foodies: Mexican Coke no es realmente mexicano, y esa es la clave.

El reciente movimiento de Coca-Cola al reintroducir una versión elaborada con azúcar de caña, en respuesta a las críticas de Donald Trump sobre el uso de jarabe de maíz, ha generado una ola de entusiasmo entre los aficionados a la comida y bebida. Este revuelo se centra en el “Mexican Coke”, un import premium que se ha comercializado durante años como una alternativa más saludable y sabrosa al refresco Coca-Cola producido en Estados Unidos. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja: Mexican Coke no es realmente mexicano, y este artículo desentraña la estrategia de marketing detrás de esta popular bebida.

El Enfoque de Marketing: Construyendo una Identidad

La marca “Mexican Coke” se ha construido sobre la premisa de ser una versión “auténtica” del refresco Coca-Cola, producida utilizando azúcar de caña, la base de la receta original. Esta narrativa, cuidadosamente orquestada, ha resonado particularmente bien con los consumidores que buscan productos con un sabor más natural y una historia más rica. Sin embargo, el refresco, a pesar de su nombre, se produce en las instalaciones de Coca-Cola en Brownsville, Texas, a pocos kilómetros de la frontera con México. La base de la receta, la tecnología y el proceso de fabricación son completamente estadounidenses.

La clave del éxito de “Mexican Coke” no reside en su origen geográfico, sino en su presentación y marketing. Se ha posicionado como un producto premium, con un envase distintivo, que evoca una experiencia mexicana tradicional. La campaña de marketing ha jugado con imágenes y conceptos asociados al México que la gente idealmente, aunque la fabricación del producto se realiza en suelo estadounidense.

El Debate sobre la Autenticidad

El reciente lanzamiento de la versión con azúcar de caña ha intensificado el debate sobre la autenticidad de la marca. Si bien algunos consumidores consideran que la utilización de azúcar de caña representa un paso en la dirección correcta, la verdadera cuestión es que la identidad de “Mexican Coke” es, en gran medida, una construcción de marketing, no una realidad geográfica.

En conclusión, “Mexican Coke” es un ejemplo brillante de cómo la narrativa de marca puede influir en la percepción del consumidor. Aunque el refresco se ha ganado un lugar en el corazón de muchos amantes del sabor, es crucial recordar que detrás del nombre y la imagen se encuentra un producto fabricado en Estados Unidos, y que la “mexicanidad” que ofrece es una creación de marketing, no una propiedad inherente a la bebida.

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Fuente: https://www.mexicodecoded.com/p/mexican-coke-isnt-really-mexican