No se detiene. Las derrotas llegan como una avalancha confusa, de todas las formas y tamaños, llena de desesperación.
El equipo de los Mets no es solo una fase. No importa lo bien que jueguen, o lo bien que parezcan estar mejorando, siempre será un equipo malo hasta que demuestren, de manera consistente, que pueden serlo.
Según el artículo original, esta situación se ha vuelto una constante y frustrante. Los aficionados y los analistas de béisbol han estado esperando una señal de mejora, pero hasta el momento, nada ha cambiado de manera significativa.
El argumento principal es que los Mets necesitan una trayectoria prolongada de éxito para cambiar la percepción general sobre su rendimiento. No basta con algunas victorias aisladas; necesitan demostrar una mejora sostenida y convincente.
En resumen, los Mets siguen siendo un equipo que necesita demostrar su valía, y hasta que lo hagan, la opinión pública y la propia presión del equipo seguirán marcándolos como un equipo con problemas.