Columbus, OH – Tras una temporada 2024 que dejó al público y a los expertos sorprendidos, Ohio State se enfrenta a la pregunta central en 2025: ¿será finalmente capaz de defender su título nacional? La pregunta resuena con fuerza en el entorno del College Football, donde la reputación de la Buckeyes como una potencia dominante ha sido seriamente cuestionada.
El año pasado, Ohio State, dirigida por el entrenador Ryan Day, llegó a la Gran Fiesta del Campeón, solo para caer en un duelo controvertido contra Alabama. El partido, marcado por una controversia en el reloj y la gestión del tiempo por parte del árbitro, alimentó las críticas a la Buckeyes, que muchos consideran que no jugó a su nivel en el momento crucial.
Para 2025, Ohio State ha implementado un plan de acción con múltiples objetivos. El primero es, obviamente, la consolidación del dominio ofensivo. Se ha contratado a un nuevo coordinador ofensivo, Mark Johnson, proveniente de la Universidad de Stanford, conocido por sus innovadores planes de juego y su capacidad para extraer lo mejor de sus quarterbacks. Johnson, según fuentes cercanas a la universidad, se centra en una mezcla de juego aéreo explosivo y una ofensiva terrestre sólida, con el objetivo de desestabilizar las defensas de sus oponentes.
No obstante, el éxito de la Buckeyes dependerá también de la estabilidad defensiva. Después de perder a varios jugadores clave en 2024, el entrenador Jim Tressel ha insistido en reforzar la línea defensiva y en mejorar el rendimiento del grupo de linebackers. La contratación del linebacker Dorian Thompson-Robinson, un ex jugador de UCLA con un historial impresionante, es un claro indicio de la prioridad que le da la universidad a la defensa.
El calendario de 2025 presenta desafíos significativos. La Buckeyes se enfrenta a partidos cruciales contra Clemson, Alabama, y Miami, todos equipos con reputación de ser competidores serios. Además, la Liga Americana de Fútbol de la NCAA parece estar enfocada en limitar la ventaja de los equipos con grandes programas, lo que podría afectar la capacidad de Ohio State para mantener su hegemonía.
“Tenemos que ser mejores”, declaró Ryan Day en una conferencia de prensa el pasado viernes. “Sabemos que hay expectativas altas y necesitamos responder de manera efectiva. El foco es la consistencia, la disciplina y la mejora continua”.
Sin embargo, incluso con los cambios en el cuerpo técnico y el refuerzo de la plantilla, la sombra de la controversia de 2024 pende sobre la Buckeyes. Si Ohio State puede superar la presión y demostrar un compromiso inquebrantable con el juego, o si las dudas persistirán, determinará el destino de su aspiración a defender el título nacional en 2025. La temporada promete ser un espectáculo para analizar, con Ohio State como uno de los contendientes más observados.
Fuente:
https://deadspin.com/can-ohio-state-finally-defend-its-national-championship-in-2025/