Cuando un estudiante de 19 años en la Ciudad de México asesinó a un compañero esta осень, autodenominándose un *incel* (inválido sexual), muchos asumieron la narrativa familiar: un joven radicalizado por la soledad y el desánimo económico. Pero los datos provenientes de México revelan una historia diferente, y más compleja, que no encaja con la narrativa global del inceldom como el dominio de los hombres sin educación o desposeídos.
La realidad es que el fenómeno del incelismo, al menos en México, se está manifestando en hombres altamente educados, con empleos bien remunerados y una percepción de éxito. Las investigaciones, que incluyen entrevistas a más de 200 hombres de entre 25 y 40 años, revelan un patrón inquietante: un profundo sentimiento de alienación existencial, marcado por una falta de conexión significativa en sus vidas, a pesar de sus logros materiales.
Estos hombres, con frecuencia graduados de universidades prestigiosas y que trabajan en profesiones de cuello blanco, describen una sensación de ser “observadores” de sus propias vidas, incapaces de conectar emocionalmente con las personas que los rodean. No se trata simplemente de falta de oportunidades románticas; es una sensación de vacío existencial, una incapacidad para encontrar propósito y significado en sus vidas, a menudo exacerbada por la presión social para conformarse a las expectativas tradicionales de masculinidad y éxito.
“Es como si no fuera posible realmente *sentir* nada,” comenta uno de los hombres entrevistados, un abogado de una firma importante. “Tengo un buen trabajo, un apartamento en Polanco, pero al final del día, siento que estoy solo, que nadie realmente me importa.”
El estudio, realizado por el investigador Alexia Perea, señala que esta tendencia está vinculada al auge del individualismo, la creciente presión por el éxito profesional y la cultura de comparación alimentada por las redes sociales. Además, algunos participantes mencionan una desconfianza generalizada en las relaciones, resultado de experiencias pasadas y una sensación de que las personas son superficiales y carecen de autenticidad.
“Hay una desconexión profunda entre las apariencias y la realidad,” explica Perea. “Las personas se presentan como felices y exitosas, pero debajo hay un vacío. Estos hombres se sienten perdidos en un mar de falsas apariencias.”
Es importante destacar que la investigación no implica que todos los hombres educados en México estén experimentando esta crisis. Sin embargo, los datos sugieren que el incelismo, en su forma más radical, está emergiendo como un problema significativo dentro de una sección particular de la población masculina mexicana, un subgrupo definido por su nivel educativo, su nivel socioeconómico y una profunda sensación de aislamiento, algo que requiere una comprensión más profunda y, en última instancia, una solución multifacética que aborde los problemas subyacentes de alienación y búsqueda de significado en la sociedad moderna.
Fuente: https://www.mexicodecoded.com/p/why-mexicos-educated-men-are-having

