París, Francia – 1 de noviembre de 2025 – En un semifinal de Masters 1000 que recordará por mucho tiempo, Felix Auger-Aliassime demostró una notable calma y deportividad tras el inesperado gesto de frustración de su rival, Alexander Bublik, durante el partido. El incidente, que incluyó un lanzamiento de raqueta al suelo, sirvió para que Auger-Aliassime fuera el protagonista de un momento de clase y, en última instancia, de un gesto de deportividad que eclipsó la explosión de temperamento de Bublik.
Tras perder un tenso primer set en tie-break, Bublik tomó la delantera en el segundo set con una ventaja de 2-0, mostrando la posibilidad de una victoria. Sin embargo, al ser volteado, la frustración del jugador kazajo se manifestó de manera dramática: comenzó a lanzar su raqueta contra el suelo de la cancha, hasta que quedó reducida a una especie de obra de arte moderna. Como comentó el analista Colin Fleming, “Es buena técnica, no es de extrañar que tenga un buen servicio!”.
El acto de Bublik generó una sanción por código de conducta, dado que incluso el tenis tiene límites. En medio del caos, Auger-Aliassime, en lugar de esperar a que le ayudaran, tomó la iniciativa y se encargó él mismo de recoger los restos de la raqueta rota. La acción fue recibida con un clamor de aprobación por parte del público parisino, mientras el canadiense soltaba carcajadas.
En la red, Bublik, todavía en proceso de enfriamiento, no pudo evitar reconocer la amabilidad y el humor del momento. Con una sonrisa, formó un corazón con las manos, enviando un gesto juguetón hacia el oponente que estaba encargándose de limpiar el área. El momento, aunque inesperado, demostró que el deportivismo puede sobrevivir incluso a los estallidos más vehementes.
La acción, que ha sido ampliamente compartida en redes sociales, ha generado debate sobre los límites de la frustración en el deporte y el papel de la deportividad en situaciones de tensión.