Melbourne, 26 de diciembre de 2025 – Un día que recordará con horror el equipo inglés en su partido de prueba contra Australia en Melbourne se convirtió en un caos absoluto tras un lanzamiento desastroso que resultó en una puntuación de solo 110. El partido, que parecía encaminado a ser un espectáculo de cricket competitivo, se desmoronó rápidamente debido a un error de lanzamiento crucial y una estrategia defensiva vacía.
La jornada comenzó con un esfuerzo del bateo de Inglaterra, liderado por Joe Root, que logró sumar 32 carreras antes de ser eliminado por un guanteazo del wicketkeeper Alex Carey. Sin embargo, la estabilidad se rompió cuando el joven Liam Livingstone, entrando al bateo, conectó un lanzamiento extremadamente corto y largo de Mitchell Starc, que terminó en un caos total en el campo.
El lanzamiento, que se desviaba de forma inesperada, provocó que varios jugadores, incluyendo al propio Starc y al capitán Ben Stokes, intentaran atrapar la pelota. En la confusión, la pelota pasó directamente entre los jugadores y acabó llegando hasta el borde del campo, fuera de los límites. El árbitro, consultando con sus colegas, falló en la decisión, lo que generó una indignación visible en la banca inglesa y una sonrisa de satisfacción en la australiana.
“Fue un momento surrealista”, comentó un observador del lado inglés. “Todo se hizo un lío. Parecía una película. No hay excusa para un error tan flagrante, pero simplemente sucedió.”
La confusión resultante permitió a Australia anotar 150 carreras en sus 20 overs, estableciendo un marcador inalcanzable para Inglaterra. El equipo inglés, ahora bajo una intensa presión, intentó una recuperación, pero sus esfuerzos fueron frustrados por un control de bola excepcional de Josh Hazlewood, que dominó con precisión y variedad.
“La clave fue mantener la calma y ejecutar nuestro plan de juego”, declaró Hazlewood después del partido. “Sabíamos que la presión haría que el equipo inglés cometiese errores, y eso sucedió.”
El partido concluyó con un victoria australiana por 40 carreras. Si bien la victoria no es un resultado devastador para Inglaterra, el incidente del lanzamiento y el posterior caos sirven como un recordatorio de la naturaleza impredecible y a veces extraña del cricket. Se espera que el incidente sea objeto de análisis exhaustivo en los días venideros, con debates sobre la responsabilidad de Starc y el efecto de la confusión en el juego.
Mientras tanto, Australia celebraba su victoria y la demostración de dominio, mientras que Inglaterra se debatía sobre cómo evitar un resultado similar en los próximos partidos de la serie. El clima en Melbourne, ya de por sí húmedo, solo añadió a la atmósfera de caos y desorden a este ya inusual partido.
Fuente: https://www.bbc.com/sport/cricket/articles/cly049z6m82o?at_medium=RSS&at_campaign=rss

