México’s security policy es frecuentemente reducido a una sola narrativa de fracaso: un estado incapaz, durante décadas, de controlar el crimen organizado. Esa simplificación omite la verdadera historia.
Durante años, México ha desplegado un amplio espectro de estrategias para combatir el poder creciente de los cárteles de droga, desde estrategias de “mano dura” hasta programas de rehabilitación y apoyo a las comunidades vulnerables. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, el crimen organizado ha demostrado ser una entidad increíblemente adaptable, resiliente y con una capacidad para infiltrarse en todos los niveles de la sociedad mexicana.
Una Historia de Experimentación y Error
La trayectoria de México en la lucha contra el crimen organizado es un estudio en experimentación, un mosaico de políticas que a menudo se contradicen y que, en su mayoría, han resultado en errores costosos. Inicialmente, la administración de Felipe Calderón (2006-2012) optó por una estrategia de “mano dura”, con un despliegue masivo de fuerzas armadas y federales para enfrentar a los cárteles. Esta política, aunque inicialmente efectiva en desarticular algunas operaciones de los grupos criminales, resultó ser un desastre a largo plazo.
La respuesta militar desproporcionada generó una espiral de violencia, llevó a la desestabilización de comunidades enteras, y permitió que otros grupos criminales, algunos incluso más violentos, se consolidaran y expandieran. Además, la confrontación directa con los cárteles no abordó las causas fundamentales del problema: la pobreza, la falta de oportunidades, la corrupción y la debilidad de las instituciones.
Después de Calderón: Un Cambio de Enfoque
La administración de Enrique Peña Nieto (2012-2018) intentó un cambio de rumbo, implementando la “Cuarta Transformación”, que buscaba abordar las causas estructurales del crimen. Esto incluyó programas de apoyo a las víctimas del delito, estrategias de seguridad pública más focalizadas y un esfuerzo por mejorar el trabajo de las instituciones policiales. Sin embargo, la corrupción persistió y la efectividad de estos programas fue limitada, en parte debido a la profunda arraigada corrupción en el gobierno y las fuerzas de seguridad.
La Cuarta Transformación: Un Nuevo Capítulo
La actual administración de Andrés Manuel López Obrador (2018-presente) ha adoptado una estrategia radicalmente diferente: el “Resumen de la Seguridad”, que prioriza la prevención del delito a través de programas sociales, la seguridad ciudadana y el fortalecimiento de las instituciones civiles. Se ha enfatizado la importancia de la inteligencia y el análisis para combatir el crimen, en lugar de la confrontación directa. A pesar de los resultados prometedores en algunas áreas, la efectividad a largo plazo del “Resumen de la Seguridad” aún está por verse, y la amenaza del crimen organizado sigue siendo un desafío significativo para México.
Lecciones Aprendidas: Un Legado Complejo
La historia de México en la lucha contra el crimen organizado es una lección de humildad y una advertencia contra las soluciones simplistas. El problema es complejo, multifacético y requiere un enfoque holístico que aborde tanto la violencia como las causas subyacentes. El fracaso de las estrategias pasadas, combinado con los éxitos y desafíos de las políticas actuales, indica que el camino hacia una seguridad duradera para México será largo y, sin duda, requiere un compromiso sostenido con la reforma institucional, la justicia social y un entendimiento profundo de la dinámica del crimen organizado.
Fuente: https://www.mexicodecoded.com/p/mexico-has-tried-everything-to-stop

