México Rescata a Pemex: Un Modelo Inusual para el Futuro de la Propiedad Estatal

¿Qué nos dice la empresa estatal mexicana sobre el futuro de la propiedad pública?

México está logrando algo que pocos países del Sur Global han logrado: rescatar una empresa estatal masiva e insolvente – sin privatizarla, sin denominarlo como un rescate y sin añadir un solo peso a su deuda oficial. La empresa en cuestión es Pemex, la empresa estatal mexicana de petróleo. Una vez el motor del nacionalismo económico de México y la principal fuente de ingresos del país, Pemex ahora es la compañía petrolera más endeudada del mundo. Deuda por $120 mil millones y, tan lejos atrás en los pagos a proveedores que las economías regionales enteras – especialmente en el sureste petrolero de México – se han estancado.

Un Caso Sin Precedentes: La Estrategia de Pemex

La iniciativa de México con Pemex se distingue por su singularidad. Tradicionalmente, los resgates a empresas estatales endeudadas implican medidas como la privatización, la venta de activos, o la inyección de capital público, a menudo con condiciones que implican cambios en la propiedad o el control de la empresa. En el caso de Pemex, este enfoque ha evitado todas estas rutas, lo que ha generado un debate y una observación intensa tanto a nivel nacional como internacional.

Las Raíces del Problema: Un Gigante en Crisis

La situación de Pemex es el resultado de décadas de mala gestión, corrupción, políticas gubernamentales inconsistentes y, en gran medida, la caída de los precios del petróleo. La empresa, creada en 1938, fue inicialmente fundamental para el desarrollo de México, explotando vastas reservas de petróleo y financiando gran parte de la economía. Sin embargo, la falta de inversión en nuevas tecnologías, la ineficiencia operativa y la corrupción han erosionado su competitividad y eficiencia, sumiéndola en una crisis profunda.

Un Modelo con Implicaciones Globales

La decisión de México de no recurrir a métodos convencionales de rescate plantea importantes interrogantes sobre el futuro de la propiedad estatal en el sector energético a nivel mundial. ¿Es un modelo viable a largo plazo? ¿Puede un estado, sin recurrir a la deuda o la privatización, mantener una empresa estatal de importancia estratégica?

La respuesta a estas preguntas está empezando a definirse, y la experiencia de Pemex podría tener implicaciones significativas para otros países que se enfrentan a desafíos similares en sus industrias energéticas. El caso de Pemex es más que una simple historia de una empresa en crisis; es una reflexión sobre el papel del Estado, la nacionalización y la viabilidad de un modelo de propiedad estatal en el siglo XXI.

Fuente: https://www.mexicodecoded.com/p/what-mexicos-state-oil-company-tells