Después de que Donald Trump criticara el uso de jarabe de maíz de Coca-Cola, la compañía volvió a introducir una versión con azúcar de caña. Este movimiento generó un gran interés entre los amantes de la comida, reviviendo debates sobre cómo la única Coca-Cola que todavía se elabora con azúcar real siempre ha sido el llamado “Mexicano Coke”, una importación premium que se vende como más saludable y con mejor sabor que su versión estadounidense.
Pero, el “Mexicano Coke” no es realmente mexicano. Y eso, en realidad, es lo inteligente.
La clave está en el contexto histórico. El “Mexicano Coke” no surgió como resultado de una tradición azucarera mexicana. Fue creado en 1953 en Atlanta, Georgia, como un producto de marketing para competir con la Coca-Cola estándar, que en ese momento usaba jarabe de maíz. La idea era que el “Mexicano Coke” ofreciera una alternativa más “auténtica” y “natural”, apelando a un consumidor estadounidense que buscaba un producto con un sabor más tradicional.
El nombre “Mexicano” se inventó para evocar la imagen de una Coca-Cola más genuina, hecha con ingredientes “reales” y sin la artificialidad percibida del jarabe de maíz. Con el tiempo, la producción de “Mexicano Coke” se concentró principalmente en pequeñas fábricas de embotellado en México, pero el nombre y la historia eran, en gran medida, una construcción de marketing.
La introducción de la nueva versión con azúcar de caña ha sido un éxito, precisamente porque se basa en un producto que siempre ha sido percibido como una alternativa “premium” y “auténtica”, no por tener raíces en la industria azucarera de México.
Así que, la próxima vez que disfrutes de tu “Mexicano Coke”, recuerda: es un producto con una historia de marketing, no un símbolo de la tradición azucarera mexicana.
Fuente: https://www.mexicodecoded.com/p/mexican-coke-isnt-really-mexican