La fantasía ha persistido en Washington durante décadas: terminar la guerra contra las drogas con un golpe decisivo. Localizar a los líderes de las carteles, bombardearlos con misiles y observar cómo el problema desaparece en una nube de polvo. Hollywood ha ensayado este guion durante décadas, y quizás el ejemplo más emblemático es *Clear and Present Danger*, la película de los años 90 en la que Harrison Ford, como un agente de la CIA, rastrea a un capo colombiano hasta su mansión y lo elimina con un misil guiado. (Ver video:
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Ahora, Donald Trump parece dispuesto a seguir esta línea, pero sin el encubrimiento de espías. La pregunta crucial es si realmente podría funcionar.
El argumento, a primera vista, parece simple: las carteles son organizaciones complejas, profundamente arraigadas en la sociedad mexicana y con redes de corrupción que se extienden hasta las más altas esferas del poder. No se trata simplemente de matar a los líderes, sino de desmantelar la infraestructura que los sustenta: las rutas de suministro, las redes financieras, el control territorial y, sobre todo, la inmunidad que han logrado obtener a través de la complicidad política y el crimen organizado.
Si bien un ataque aéreo concentrado podría causar daños significativos, es altamente improbable que elimine la carteles de forma definitiva. Simplemente desplazaría a los líderes y a sus operaciones a otras áreas, o los haría más difíciles de detectar. Además, un bombardeo indiscriminado generaría una respuesta violenta por parte de los miembros de la carteles y podría exacerbar la inestabilidad en las regiones afectadas, creando un terreno fértil para el reclutamiento de nuevos miembros.
Expertos en seguridad y analistas del crimen organizado señalan que la estrategia de “bombear” a las carteles es una simplificación peligrosa que ignora la complejidad del problema. En lugar de soluciones militares, se aboga por un enfoque más integral que combine estrategias de lucha contra el narcotráfico con esfuerzos para abordar las causas profundas del problema: la pobreza, la desigualdad, la falta de oportunidades y la corrupción.
El debate sobre si Estados Unidos puede “bombear” a las carteles es, en última instancia, un recordatorio de que la guerra contra las drogas ha sido un fracaso. Es un conflicto complejo que requiere soluciones inteligentes, a largo plazo y que involucre a todos los actores involucrados, incluyendo al gobierno mexicano, a las fuerzas de seguridad y a la comunidad internacional. La simple imposición de la fuerza, como se propone en la idea de una acción militar masiva, es una receta para el fracaso y para una escalada aún mayor del conflicto.
Fuente: https://www.mexicodecoded.com/p/can-the-us-bomb-drug-cartels