México fue, durante mucho tiempo, el ejemplo paradigmático del libre comercio. En 1994, se unió al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), eliminó aranceles y abrió su economía más ampliamente que casi cualquier otro país en desarrollo. La apuesta era sencilla: permitir que bienes y capital extranjeros fluyeran hacia adentro, y México crecería convirtiéndose en un centro de manufactura global.
Esa experiencia definió la economía moderna de México. Vehículos ensamblados en plantas mexicanas llenaban las autopistas estadounidenses, los supermercados americanos abastecían con productos mexicanos y las corporaciones multinacionales se instalaron al sur de la frontera. Pocos países habían ligado sus destinos tan completamente al libre comercio.
Ahora, treinta años después, México está silenciosamente alejándose de ese modelo, y lo está haciendo de una manera que resulta extrañamente familiar… para Trump.
Fuente: https://www.mexicodecoded.com/p/trumponomics-the-mexican-way

