Cuando un estudiante de 19 años en la Ciudad de México asesinó a un compañero este otoño, autodenominándose un “incel” (inválido sexual), muchos asumieron la narrativa habitual: un joven radicalizado por la soledad y el desánimo económico. Pero los datos provenientes de México cuentan una historia diferente, más compleja y que desafía la narrativa global del inceldom como el dominio de los hombres sin educación o desposeídos.
La imagen que emerge de México es la de hombres educados, con títulos universitarios, que experimentan una disminución significativa en su actividad sexual. Análisis recientes sugieren que este fenómeno no está vinculado a la pobreza o la falta de oportunidades, sino a una transformación en los valores y actitudes masculinas, especialmente entre los hombres de clase media y alta.
Estudios preliminares indican que un porcentaje considerable de hombres mexicanos, particularmente aquellos con mayor nivel educativo, están experimentando una profunda desilusión con las expectativas tradicionales de éxito masculino, que a menudo se asocian con el matrimonio y la paternidad. Se observa una creciente presión para alcanzar logros profesionales y financieros, lo que limita el tiempo y la energía para construir relaciones íntimas y encontrar una pareja.
Más allá de la presión social, se ha identificado un cambio en la percepción de la sexualidad. Muchos hombres, al ver que las relaciones tradicionales no se ajustan a sus ambiciones y aspiraciones, se sienten frustrados y aislados. La búsqueda de significado y propósito en la vida, combinada con una creciente conciencia sobre los problemas de salud mental y la búsqueda de una identidad individualizada, contribuye a este fenómeno.
El análisis de datos demográficos muestra un claro patrón: la tasa de matrimonio entre hombres con educación superior es notablemente inferior a la de generaciones anteriores. Además, la disminución en la actividad sexual, incluso entre hombres que sí tienen pareja, es significativa, sugiriendo un cambio en la calidad y la intensidad de las relaciones.
La situación en México, a diferencia de otros países, destaca la importancia de comprender las causas subyacentes a este cambio. No se trata simplemente de una cuestión de soledad o desánimo, sino de una redefinición de la masculinidad en un contexto de rápido cambio social y económico. El debate sobre la identidad masculina, el éxito profesional y las expectativas de relación parecen estar jugando un papel crucial en el aumento de hombres sin sexo en México, ofreciendo una perspectiva única y crucial para entender los desafíos contemporáneos en el país.
Fuente: https://www.mexicodecoded.com/p/why-mexicos-educated-men-are-having










