Fecha de publicación: 10 de Octubre de 2025
Carolina del Norte, que durante décadas ha sido un programa de fútbol universitario con un arraigo profundo en el Sur, se ha transformado en algo… peculiar. Bajo la dirección de Bill Belichick, el entrenador que dominó la NFL con los New England Patriots, el programa Tar Heels ha dejado de ser un aspirante serio y se ha convertido en un espectáculo, un circo de estrategias extrañas, de decisiones inexplicables y, francamente, de una sensación general de desconcierto.
La temporada 2025 ha sido la culminación de una tendencia que se gestó con la llegada de Belichick hace dos años. Su fichaje, anunciado como un golpe de efecto para revitalizar el programa, en lugar de elevarlo, lo ha sumido en un torbellino de críticas y especulaciones. El entrenador, conocido por su disciplina implacable y su enfoque en los detalles, ha implementado una serie de tácticas que, en su mayoría, no tienen sentido.
La ofensiva, tradicionalmente una fortaleza de Carolina del Norte, ahora es una prueba de nervios. El juego ha cambiado repentinamente al “Proceso”, un sistema aparentemente diseñado para confundir a los oponentes, pero que ha provocado una ineficacia brutal. Los jugadores, acostumbrados a un estilo de juego más tradicional, luchan por adaptarse a las constantes modificaciones y la insistencia de Belichick en seguir estrategias que, en la práctica, han fracasado estrepitosamente.
“Es como si estuviera intentando crear un nuevo deporte,” comenta David Miller, un analista deportivo que cubre el programa para ESPN. “El Proceso es una pesadilla. Es como si estuviera jugando a un juego donde las reglas cambian cada cinco minutos, y no sabes por qué.”
La defensa, mientras que a veces muestra destellos de su potencial, se ve constantemente acosada por la confusión y la falta de entendimiento. El esquema defensivo, que Belichick ha descrito como “una red de engaño”, ha demostrado ser vulnerable y poco flexible.
Pero lo más sorprendente, y lo que alimenta las especulaciones, es el comportamiento de Belichick. En lugar de interactuar con los jugadores, o de ofrecer explicaciones claras sobre sus decisiones, se ha vuelto cada vez más distante, casi irreal. Los informes sugieren que ha estado pasando más tiempo observando a los jugadores desde la banda, analizando cada movimiento con una frialdad y una precisión que generan aún más dudas sobre sus motivos.
“Es como si no estuviera entendiendo a sus jugadores,” comenta Sarah Johnson, una estudiante de periodismo que cubre el programa para The Daily Tar Heel. “Veo cómo lo mira, como si fuera un experimento. No veo conexión, no veo liderazgo, no veo… nada que se parezca a lo que esperábamos de un entrenador de nivel universitario.”
El programa Tar Heels se ha convertido en un ejemplo de lo que puede pasar cuando un legendario entrenador intenta imponer su visión a un programa con una cultura y una tradición muy diferentes. Mientras el equipo sigue coleando en la mediocridad, la pregunta que queda es: ¿está Belichick intentando un experimento, o simplemente está perdido en su propia obsesión por el control? La respuesta, como el futuro del programa Tar Heels, sigue siendo incierta.
Fuente:
https://deadspin.com/north-carolina-football-becomes-a-sideshow-under-bill-belichick/










